Hoy encontré una foto tuya. Cada vez que lo hago me deja pensando todo el día. Y no es eso lo que me asusta; me asusta el hecho de que sea yo la que deje alguna foto al alcance de mi mirada, como para tener una excusa y pensar en vos.
No me quejo. Al fín y al cabo llega la noche, y después de estar todo el día ahogándome en un mar de recuerdos: me siento y escribo. Como hoy. Como ahora. Escribir para llorar. Para romper este cascarón, que me abraza y me duele.
El problema con vos es que nunca te vas.
Siempre estás acá recordándome que cometí un error muy grande. Como para que cuando alguien grite: ¿Quién se arrepiente de haber alejado a su amor? Yo pueda levantar la mano y con un dejo de tristeza en mi voz pronuncie un "yo" muy despacio.
Siempre estás acá, siempre estás en ese sentimiento que me termina diciendo "no te olvides de mí"... Y engañarlo o esconderlo no sirve de nada. No me sirve de nada.
Es una verdad universalmente conocida: el problema con los sentimientos es que tienden a reaparecer. Entonces, una se pregunta: ¿Cuál es la solución? ¿De qué se trata todo? ¿Pretender que nunca ocurrió y así sobrepasarlo? Si, puede que por el... O por una vez, principalmente por mí. Pero a decir verdad, estaría mintiendo si digo que lo que pasó no me afecta.
No lo ví venir, ¿o si? Lastimosamente soy una de esas Cenicientas sin sus zapatos. Pero todavía sé camuflar mis sentimientos. Todavía sé que puedo mover unas piezas y terminar con el juego. Terminar con un hermoso Jaque Mate.

Entienden lo que digo, ¿no?


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